Es un montañista estadounidense, de 40 años de edad, conocido por su gran afición a la escalada. Ya que se convirtió en la primera persona del mundo en escalar las 53 montañas del Colorado. Pero lo realmente admirable de su historia, es la experiencia que vivió en un viaje de senderismo, donde estuvo al borde de la muere. Sin embargo, gracias a su persistencia y sus ganas de vivir, consiguió salir de ello y convertirse en uno de los montañistas más admirados.
Su historia
En 2003, mientras estaba en un viaje de senderismo en Blue John Canyon (en Utah), una roca se desprendió, aplastando su antebrazo derecho y atrapándolo contra la pared del cañón. Ralston no había contado a nadie sus planes de ir de excursión y sabía que nadie estaría buscándolo. Pasó 127 horas sorbiendo lentamente su pequeña cantidad de agua restante tratando de sacar el brazo, aunque lamentablemente sus esfuerzos fueron inútiles. Con el tiempo se quedó sin agua, así que, suponiendo que iba a morir, decidió tallar su nombre, fecha de nacimiento y la presunta fecha de la muerte en la pared del cañón de piedra arenisca, y grabó en vídeo un último adiós a su familia.
Después de cinco días tratando de levantar y romper la roca, finalmente, deshidratado y confuso, Ralston tomó una decisión. Golpeó su brazo con una piedra para romper los huesos, y con su navaja multiusos cortó la carne y los músculos. Después, usó las pequeñas tijeras del multiusos para cortar los tendones y, por fin, quedó libre.
Aplicó un torniquete y con el anclaje de su equipo de escalada consiguió descender el cañón, de unos 65 metros de altura y caminó con la esperanza de encontrar ayuda pronto. La suerte hizo que un helicóptero del servicio medico de Utah lo localizara tras haber activado la alerta de su desaparición el servicio de parques nacionales de EE.UU.
Hoy su historia es conocida entre todos los amantes de la montaña, hay un libro escrito por él mismo titulado “Between rock and a hard place” (“entre la espada y la pared”). Es un claro ejemplo de valentía, coraje y fortaleza mental. Un hombre que demostró que sin dolor, no hay recompensa y que nunca, bajo ninguna circunstancia, debemos abandonar. Porque la vida es demasiado valiosa como para perderla.
Lo realmente impresionante, es que esta experiencia no hizo más que aumentar sus ganas de practicar escalada e incluso de plantearse retos y ponerse metas cada vez más difíciles.
En el 2008 subió los 'Ojos del Salado', en Chile, y en el 2009 escaló el monte Kilimanjaro en Tanzania. “Amo la vida al aire libre. Esquiar en todas las montañas de Colorado es una meta que tengo. Me gustaría escalar a 8.000 metros. Me gustaría ir al Everest.”
Algunas de las frases que él mismo ha pronunciado y que más me han llamado la atención han sido:
“No hay fuerza más poderosa en la tierra que la voluntad de vivir”. “Mientras haya adversidad, necesitamos de ejemplos que la hayan vencido. Eso espero entregar en mis charlas. Podemos tomar nuestras rocas y transformarlas en bendiciones. Es tu elección ver la roca como una tragedia o como un regalo. A veces hasta yo me pregunto: ‘¿de verdad hice eso?”.
“Mi vida ha hecho la diferencia para otras personas.
Siempre va a haber obstáculos. La clave es el significado que le damos a la
adversidad”.
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